4 de marzo de 2011

Escribir...

Y aquí estoy nuevamente. La gente, gente que me conoce poco, gente que me conoce mucho, la psicóloga, me dice que escriba, que escriba sobre temas que me interesan. Y no necesariamente porque escriba bien, sino porque es una actividad que disfruto. Es decir, podría sentarme a escribir sobre qué me pareció el último disco de Radiohead, la última película de los hermanos Coen o lo último que leí de Kafka…

Pero eso implicaría pensar y, a veces, prefiero no pensar y limitarme a escribir sobre el increíble mundo del GNC (?), que para eso sí me pagan. En un mundo ideal, me pagarían por escribir sobre los recientes recitales de MGMT y Vampire Weekend, por mencionar algunos, a los que felizmente asistí. Pero yo no soy de las que imagina mundos ideales, vivo en éste y me quedo con esté donde, para suerte o desgracia de algunos, escribo sobre el GNC.

Ahora bien, quiero volver a escribir. Quiero sentarme y ponerme a escribir sobre música, cine, literatura, pintura, fotografía o incluso fútbol, y aunque nadie me pague, pero quiero empezar a hacerlo bien, de manera “responsable” podría decir, así como me siento cada día a escribir sobre gas (?).

La verdad que extraño las épocas de facultad donde me veía obligada (por la institución y por mí misma) a sentirme una joven intelectual. No es que haya dejado de serlo pero la reflexión, la crítica y el análisis ya no se ejercitan tanto como antes y profundizar sobre las cosas se vuelve más un reto que algo que, en realidad, debería ser natural.

Una de las frases de la psicóloga es que me anime a más, que las cosas que he hecho en el pasado, como independizarme, la facultad o los pocos laburos que tuve, me salieron bien (salvo rendir Campolongo II, claro está) y que evidentemente soy buena en lo que hago. Obvio que no soy tan buena… pero la cuestión es que me cuesta ser constante con un simple blog. Me cuesta ponerme “seria”, aplicar las cientos de teorías (?) que aprendí en tantos años de facultad y demostrar que mi capacidad de escritura va más allá de un posteo en el que me quejo de las fans de algunas bandas que sigo.

En fin… éste es un comienzo, una catarsis, y aún no sé si voy a lograr enseriarme con este blog. En estos días de mierda (¡yo y mi pesimismo a flor de piel!), la voluntad no es mi más fiel compañera, debo decir…

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