25 de mayo de 2009

Everyday is like Sunday

Ayer domingo estuve caminando entre tumbas, mausoleos y ángeles en un paseo lleno de fotos, turistas, gatos, dolor de piernas y mucho calor, entre otras cosas.

Era pasado el mediodía cuando nos juntamos con mi amigo Piter en la puerta del cementerio de la Recoleta listos para emprender un “recorrido” que hacía tiempo veníamos planeando.

Con nuestras humildes camaritas digitales en las mochilas, entramos y caminamos y recorrimos y nos perdimos y… y … queríamos fotografiar todo, absolutamente todo, además el color del cielo y sus nubes acompañaban a la perfección. ¿Mi debilidad? Las estatuas de ángeles y los mininos. ¿La de Pedro? Saber la historia oculta y el significado de cada mausoleo.

Si bien ya había visitado previamente el cementerio, era como si fuera la primera vez, no tenía idea por dónde arrancar, por dónde seguir. Lo que al comienzo fue un “vamos por acá, recorriendo cada pasillo desde adelante hacia atrás” terminó en cualquier cosa. Cientos de pasillos para recorrer y diagonales que hacían imposible seguir un itinerario ordenadamente. Peor fue cuando mis pilas murieron… tenía que esperar unos minutitos para que volviera en sí y en ese momento salir corriendo (sí, literalmente hablando… corriendo a lo Fito Páez en “Tumbas de la gloria”) a buscar las mejores estatuas (sin pensar demasiado en cuál era el mejor ángulo) y darle al botón enseguida porque en cualquier momento las pilas morían (cuánta muerte, che!) otra vez.

Alrededor de las 4 de la tarde, sin pilas ni baterías cargadas en nuestras respectivas cámaras y después de que Piter se “almorzara” unas madalenas entre tumbas y gatitos, decidimos que la recorrida había llegado a su fin.

Plaza Francia, muchedumbre por todos lados, “tráfico lento” en los pasillitos de la feria, turno de comer como Dios manda y a seguir viaje… A las 5 ya estábamos en Parque Lezama, más que listos para el Museo Histórico Nacional, aunque sin saber que en 15 minutos ya estaríamos afuera nuevamente: por supuesto objetos muy interesantes y de mucho valor histórico y cultural, pero muy pocos, o sea… no hay nada!!!

Como era temprano, nos fuimos a caminar por San Telmo pasando por Plaza Dorrego a mirar un poco de antigüedades y quedarnos boquiabiertos pensando que con nuestros magros sueldos nunca podremos comprar esas arañas, esas esculturas, esas vajillas de porcelana… ¡Cuánta movida por San Telmo! Cientos de turistas comprando antigüedades y comprando giladas también, músicos en todas las esquinas, jazz, murga, tango, etc. etc.

Y ya casi ni sentíamos las piernas, pero… unas cuadritas más unas cuadritas menos, seguimos hasta el obelisco. Eran 6 y media y los preparativos para el evento del Bicentenario estaban a full. ¿Ganas de quedarme a ver a NoLo? Bastante ¿Ganas de esperar una hora y media hasta que empezara y además tener que aguantar en el mismo show a un Pablo Lescano, a una Emme, etc. etc.? Cero. Así que ese fue el final de nuestra mega recorrida por la historia y los barrios porteños.

V

1 comentario:

shhhheni ~ dijo...

Me encanto Val! muy buen relato sobre tu recorrido por esos lugares aun desconocidos para mi de la Gran Ciudad. Si, ¿podes creer? todavía no conozco el cementerio, (que por tus fotos, parece fantastico), y tampoco conozco El Museo y Parque Lezama. Vivo en el campo Vale!!! jajaja. Fue buenisimo el relato, me senti re transportado a los pasillos del cementerio de Recoleta y dando vueltas por San Telmo también. Bajonazo lo de las pilas! pero bueno, las fotos salieron lindas igual.
Gracias por tu comentario, hoy volvi a escribir yo nuevamente! Fue una critica, pero constructiva la suya :)
Un abrazote Vale